La semana pasada me topé con una foto que subió
Madonna en Instagram, de un hombre que se encontraba como en una especie de
protesta en la calle y sosteniendo un cartel que decía “I don’t need sex
because the goverment fucks me everyday”. He de confesar que me llego en lo más
profundo de mí ser ¿Por qué? Hasta
ahorita “trabajo” como servidora pública y entrecomillo el trabajo porque es
muy relativo (¿dónde creen que me inspiro para escribir esto? en vez de estar
verdaderamente trabajando), el hacer la mayoría de los días laborables como horas
nalga son pesados, al menos para mí, dicen que trabajar es sinónimo de ser útil
a la sociedad, entonces donde me encuentro no coexiste el trabajar. El estar
sentado frente a la computadora, echar el chal con compañeros, el hacer tareas
a tu cargo con aspecto inverosímiles y
casi automatizadas en mis manos, significando que mi energía se convierte en
una inercia; esto es más triste que ver a un perro atropellado. Pero mea insuperabilis
culpa, con mi cultura y creer ingenuamente que algún día este ambiente lo puedo
mejorar y no buscar verdaderas oportunidades de crecimiento. Lo más seguro es
que ya me estoy evangelizando en los conceptos de no planeación, mala manera y
chacotear, es decir, como empleada federal. ¡Qué horror, Dios!
Aquí los verdaderos retos es enfrentarse a personas
(aunque muchas ya quisieran ser personas) que están de un molde burócrata,
difícil de romper porque llevan años simulando que trabajan en este ambiente,
que ya perdieron toda vergüenza; que cuando tratas de colaborar, pedirles o
pedirnos (no exigiendo que quede claro y me incluyo) que hagan su “trabajo” es
como si les estuviera pidiendo un mega ultra favor, consigo o consiguen con
ello el cliché del trato peyorativo. Pan de cada día y eso cuando me toca hacer
mis tareas.
No digo que toda la escoria terminemos “trabajando”
aquí, no habría fin, no obstante también
en el sector privado existen este tipo de dilemas. En fin no quiero salirme del
tema de la escoria, habremos (también me incluyo) personas que nos salvamos,
que podemos rehabilitarnos ya que tenemos actitud, solo que estamos
desaprovechadas y nos arrastran al mundo inútil y mal habido.
Poco más o menos termino con una reseña, había un
programa español, el famoso Aquí No Hay Quién Viva, que tomo mucho como
referencia, ya a mis amigos los he de tener asqueados con mis referencias. Me
fascinan puesto que exponen el cómo funciona la vida dentro de una pequeña
comunidad de departamentos, de manera real, o sea, cruel y siempre hacen
denuncias a cualquier nivel. Mencionare una de las tantas que hacen al ambiente
gubernamental: Vaya por la mañana a tramitar esos permisos - ¿Qué por las tarde
no trabajan?- No, por las mañanas es cuando no trabajan, por la tarde es cuando
no están.
Resumen: La clave aquí es temerle al confort para
superarlo y seguir in crescendo.
Cristal, me gustó tu publicación. Yo también he trabajado en Gobierno (y la iniciativa privada tampoco se salva eh! Que también me consta). Tristemente el mismo sistema te va arrastrando y te engulle. Diría el dicho "El que no cae, resbala". No te sientas mal y sigue "in crescendo".
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