miércoles, 30 de abril de 2014

21 Días...

     Hace poco un compañero del trabajo abordó la misión de "no quejarse de nada por 21 días"... al principio me alegré, porque la verdad es que se queja más que yo (éso ya está cabrón...) de la situación laboral en la que estamos... Si está leyendo ésto, quiero creer que comprenderá y que siga leyendo...
Mi punto es: ¿De verdad es saludable no quejarse de nada? yo creo que si bien debemos intentar tener una actitud positiva e intentar convivir de una manera "sana" con los demás, el otro extremo también es peligroso; no es bueno ser un basilisco que estalle a la menor provocación, pero tampoco lo es el complacer a todo mundo y poner buena cara aunque te cargue la chingadita por dentro!  
    Como era natural, no soportó el término del reto y comentamos ayer que lo iba a retomar... mi filosofía siempre ha sido: Si está feliz, demuéstralo!, lo mismo si estás enojado, triste o algo te hace reír. 
     Bien dice el Dr. Buddy Rydell (Jack Nicholson en la película "Anger Management" o Locos de Ira aquí en México): 
"Hay dos tipos de gente enojada... Los implosivos y los explosivos... El explosivo es el cliente que se la pasa gritándole al cajero porque no quiere recibir sus cupones... El implosivo  es el cajero que mantiene la calma día tras día hasta que se harta y un día va a trabajar con una escopeta y asesina a todos en la tienda..."
 Así que, para evitar ser el cajero, supongo que lo más saludable es no guardarse el enojo, sino expresarlo y desviarlo.

Cierro con un agradecimiento a mi hermana menor, pues gracias a sus continuos ataques psicológicos en nuestra infancia, además de inducirme al fascinante mundo del sarcasmo y a mi madre, que me enseñó a desviar y manejar mi ira... Lástima que no acabó de enseñarme del todo a controlar otros impulsos... jejejejejejeje

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