lunes, 27 de julio de 2015

Do You Remember?... (O "El por qué no tiro mis tiliches")

Todos acumulamos algo.... Y no lo digo en el sentido de tener la compulsión por guardar cosas inútiles, aunque la utilidad sea un término subjetivo. Por ejemplo mi padre tenía la zotehuela de la casa llena de cosas relacionadas con lo que estudió (era mecánico y gracias a ello sé desde cómo cambiar una llanta, hasta cambiar las juntas de todo un motor a gasolina, afinar un auto, calibrar los frenos, bujías y platinos, revisar niveles de aceite, agua, anticongelante y ya me estoy desviando del tema...) así que en decenas de estantes se podía encontrar un gato hidráulico, lijas, llaves inglesas, juegos de dados, desarmadores, imanes, líquidos automotivos y hasta un tren eléctrico a escala; habiendo llegado a éste punto, quiero recalcar que es precisamente el asunto central de ésta entrada... la mayoría de nosotros acumulamos recuerdos... No importa si guardas una corcholata, una envoltura, un diminuto lápiz desgastado por el uso o una taza; no guardamos cosas, guardamos sentimientos. Regresando al ejemplo de mi padre, tengo muy presente que en el cajón de su buró, sí, el que estaba en su lado de la cama, tenía guardada una resortera y una caña de pescar improvisada con una paleta de madera, hilo nylon y un anzuelo entre tantas otras cosas; lo mismo pasaba en las puertas y cajones de una cabecera que fungía como librero, en la sala de la casa (una calcomanía que versa "Todos debemos de creer en algo, yo creo que me tomo otra cerveza" y una oreja de cartón, con la inscripción "No oigo pendejadas" XD XD XDDD). Muchos diríamos con razón que eran cosas que EN LA VIDA volvería a ocupar, sin embargo, para él, significaban un pedacito de él... Había muchos objetos de los que nunca supe ni su utilidad, ni su carga emocional, sin embargo, ahí estaban... "Eres tilichento como tu padre!!" he escuchado decir a mi madre tantas y tantas veces... Sí, porque es increíble toparse de repente con la figurita de un astronauta de los kits para armar, otrora conocidos como "tente" (ahora Lego), porque me transportan a cada rincón de la casa, en mi niñez. Porque una envoltura de Cachafaz, me pinta una sonrisa en la cara, por el cúmulo de emociones y situaciones que me recuerda y las cosas de mi padre que aún ahora, andan rondando en el departamento que habito, lejos de donde las hizo, lejos de casa de mi madre... Su ardilla con paraguas cruzando un puentecito de madera, adorna la sala, por ejemplo... Y no es que uno no confíe en sus recuerdos, mi maldita memoria pseudo-eidética me permite acordarme de toneladas de cosas útiles e inútiles (cuando tuve el infame accidente que me acabó remitiendo al neurólogo, temí auténticamente no poder recordar) pero siempre hay cosas latentes, a punto de ser recordadas, que necesitan el empujoncito de lo físico para salir y otras que creo firmemente que ni el Alzheimer me podría arrebatar. Mientras escribo ésto vienen a mi recuerdos en verdad lejanos como el momento en que me llevaron a visitar a mi hermana menor, recién nacida (yo tenía cuatro años entonces) o a mí mismo vendiendo piedras lunares,  (Lo mejor es que me las compraban!!) y cosas más distantes. 

Acumulo consolas de videojuegos, acumulo también música en distintos formatos, acumulo mis dibujos y también películas... Pero mi cosa favorita para acumular, son recuerdos...

AGURRRRR!!!

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